Aún recuerdo cuando en verano nos preparaba mascarillas con pepino para refrescarnos el rostro y nos explicaba sus cualidades hidratantes, cuando nos aplicaba aceite de rosa mosqueta para curarnos esas cicatrices de infancia o cuando nos aplicaba aloe vera directo de la planta para hidratar y calmar la piel después de largos días de exposición al sol. Sin embargo, sería años después, al ser madre por primera vez, cuando reconecté con todos esos recuerdos y surgió ahí mi creciente interés por la cosmética natural, debido a que mi hija tenía problemas de piel atópica y sensible.
El uso de jabones y champús convencionales le provocaban constantes irritaciones, incluso eccemas, y tras probar distintas marcas de farmacia sin conseguir los resultados esperados, acudí a la cosmética natural. Gracias a sus beneficios conseguí resolver los problemas de piel atópica de mi hija y a partir de entonces empezamos a usarla para el cuidado e higiene de toda la familia.
Mi propósito es el de ofrecer a otras mujeres y sus familias una cosmética natural sólida de calidad, resaltando la belleza y mejorando la condición de la piel, manteniéndola sana y cuidada mediante productos naturales respetuosos con el medio ambiente.
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